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Número:47 | Fecha: Abril 2006
 




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Promete a veracruzanos López Obrador

Universidad pública y buenos sueldos para maestros

 

 

Reconoce que los profesores son de los servidores públicos que deben ganar mejor; dice que les ayudará

Tuxpan, Veracruz
Jaime Guerrero García / Enviado


Huele a humedad, los campesinos se quitan el sombrero para abanicarse, las señoras se despegan la tela de sus faldas y vestidos que se les van pegando cada vez más en sus bronceados cuerpos. Camisas desabotonadas, niños comiendo paletas, paraguas y carteles cumpliendo la función de pararrayos. Son cerca de 30 grados pasaditos los que pegan intensamente a las seis de la tarde. El político de cabellera cana y ojos pequeños no deja de arengar a los miles de asistentes. Usa una guayabera clara: “Es el Peje, es el Peje”, dice una señora acompañada de sus hijos. “Es igualito que en la televisión”.

Es la avenida Juárez del centro de Tuxpan, puerto conocido como el lugar de los bellos atardeceres. El candidato de la Coalición por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, se entusiasma al ver tantos veracruzanos reunidos en su campaña, es un municipio gobernado por sus adversarios panistas.

El candidato anuncia que de llegar a la silla presidencial sí habrá recorte a los salarios elevadísimos de funcionarios; y además, insiste en proponer la suspensión de las pensiones millonarias de las que gozan los ex presidentes.

Reconoce que los trabajadores al servicio del Estado tienen bajos salarios y que a ellos hay que apoyarlos. “Los maestros, por ejemplo, son de los servidores públicos que deben ganar mejor, a ellos sí les vamos a ayudar”. Los gritos de ¡Sí se puede, sí se puede!, se dejaron escuchar. Una voz de entre la muchedumbre le gritaba: ¡”Duro contra la chachalaca mayor”!

Los estudiantes brigadistas con playeras amarillas y anaranjadas, según el partido al que pertenecieran, formaban la cerca de protección del candidato, la mayoría son mujeres. Nico, el logístico y controvertido chofer, caminaba de un lado para otro, de arriba, abajo del estrado, siempre echando un ojo a la camioneta del Peje.

Andrés Manuel sabe que Tuxpan es un municipio panista, por supuesto, y también debe saber que este puerto es considerado como “La puerta de oro” para la Huasteca, donde la miseria económica es causa de vergüenza para los veracruzanos y para el país entero.

“En este heroico puerto, nació Jesús Reyes Heroles, uno de los ideólogos y estudiosos con estatura moral”, dijo el político tabasqueño. Con ese reconocimiento a un político prisita de avanzada, el Peje aventó una flor a los militantes del tricolor de alcurnia, a los priistas con ideología, a los de adeveras para que se sumen a su campaña.

Cientos de voces, sobre todo de mujeres jóvenes se aprestaban para lanzar consignas de apoyo en el momento en el que el Peje conminaba a los jóvenes tuxpeños a no olvidar a los tres presidentes más importantes en la historia de México, a Juárez, a Madero y a Lázaro Cárdenas. De este último recalcó: “Es el mejor presidente del siglo pasado”.

Ya encarrerado, aprovechó el micrófono para decirles a los tuxpeños que ganará las elecciones porque no le han quitado ni una pluma a su gallo y advirtió: “Una vez que ganemos me iré a vivir a Palacio Nacional, la residencia de Lo Pino pasará a formar parte del Bosque de Chapultepé, porque en Catemaco me dijeron que no me fuera a Lo Pino, porque allí hay, hay mala vibra y que mejor no me arriesgue”.

Entre risas y aplausos, los habitantes de Tuxpan escucharon una sorpresa y el Peje prometió la creación de dos refinerías en este municipio.

“Es un político bien asesorado en algunas áreas, sabe dónde llegarle a la gente, va muy fuerte en todo el paí”, se escuchaba decir a uno de los asistentes que cuchicheaba con su compadre.

A un costado, en el billar, al escuchar esta propuesta, los jugadores tomaron sus tacos, las bolas dejaron de correr y entre tragos de soda y admiración por el mensajero, se pusieron más que atentos, pues prácticamente el Peje les estaba dando la noticia de que en esta parte de Veracruz se acabaría el desempleo con dos refinerías más.
Un día antes, el Peje tuvo un impacto semejante en Papantla, donde dijo que la educación, la salud y el empleo formaban los tres ejes principales de su gobierno. Allá en la tierra de los voladores, prometió la creación de una universidad pública. “Vengo a asumir ante ustedes el compromiso de crear una universidad pública en Papantla, para que sus hijos tengan acceso a la educación y ya no tengan que irse a otros lugares”.

Aquí en Tuxpan el atardecer se hace ilusión política, Andrés Manuel termina su discurso, cientos de manos se acercan a él para tocarlo, para saludarle, para comprometerlo a cumplir su palabra. Ante una avalancha de personas, Dante Delgado Rannauro, ex gobernador de Veracruz y dirigente de Convergencia (hoy aspirante a un puesto de elección popular) se despide del Peje, poco a poco la gente se arremolina. “Adiós Andrés Manuel, vuelva a Veracruz, lo esperamos, vamos a ganar, duro contra el PAN”, esas eran las oraciones que se fusionaban entre el ambiente de despedida del candidato.

La despedida desquició el centro, los camioneros fueron desviados de sus rutas para liberar el tránsito. En toda la avenida Independencia, se veían familias enteras con sus banderines de apoyo, los tuxpeños soportaron el calor y esperaban en la orillas del Río Tuxpan que pasara el Peje para volver a decirle adiós.

El templete donde se realizó el mitin, una manta era descolgada, allí se leía la consigna conocida, “Por el Bien de Todos: Andres Manuel presidente”. Esta tela fue la única protección que tenía el candidato a sus espaldas.

En el parque central, a unos metros del kiosco bailan los danzoneros del puerto de Veracruz, “Si Juárez no hubiera muerto”. La mayoría son de la tercera edad y hacen una rifa de artículos para el hogar con el fin de recibir fondos y continuar con su actividad como club (son parte de los viejito del Peje que se verán favorecidos si él gana, dicen las malas lenguas).

Cientos de personas siguen esperando en la orilla del río Tuxpan para que pase la camioneta que traslada al Peje a otro lugar, pero la noche cae en esta zona del golfo de México, el calor sigue intenso. A tres kilómetros está el barco de investigación académica de la UNAM, lleva el nombre del maestro Justo Sierra.

En la orilla, la gente espera la lancha que atraviesa por dos pesos cincuenta centavos el río para llegar a Santiago de la Peña.

Allá en la comunidad de Santiago está otra parte de la historia olvidada “La Casa de Fidel Castro”, también testigo de que en Tuxpan gobierna el PAN. Un auditorio que sirve como bodega de cacharros, una réplica del Granma que se tragó el mar y el salitre que cada vez acaba más con los documentos y fotografías. Sólo un par de salones se han acondicionado para la educación de adultos, es lo que los panistas han podido aportar para este museo.

Dicen que el Peje no visitó la histórica casa de Fidel de donde partió, cuando joven el presidente cubano, con el barco Granma el 25 de noviembre de 1956 rumbo a Cuba.

De cualquier manera este abandonado, pero resistente museo México–Cuba, fue testigo de que el Peje anduvo cerca, en Tuxpan. Aquí hay una efigie de José Martí y en la entrada al museo reza una frase de Fidel Castro: “Traigo en el corazón las doctrinas del maestro. Y en el pensamiento las nobles ideas de todos los hombres que han defendido la libertad de los pueblos”.

 

Año 4 Num. 47 Fecha de publicación: Abril de 2006

 


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