Los demonios del abuso sexual, en la escuela y en la familia
Alrededor de 3 millones de niños y niñas en el mundo son víctimas de explotación sexual, de los cuales cerca de 16 mil son mexicanos. Además, cada año otro millón de niños pasan a engrosar las cifras de este ilícito comercio, según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en México (UNICEF).
En tanto, el Fondo de Población de las Naciones Unidas calcula que hay 2 millones de niñas de entre cinco y 15 años incorporadas al comercio sexual y 4 millones de mujeres y niñas que cada año son compradas y vendidas para fines de matrimonio, esclavitud o prostitución.
Los lugares de los abusos son diversos, se pueden dar en cualquier espacio: la familia, escuela, talleres de verano, una fiesta infantil; donde haya niños y niñas “porque un abusador es una persona común y corriente, no es un psicópata, no tiene un perfil determinado para identificarlo; puede parecer una persona normal, amable, conocido y que sin embargo ejecute este acto delictivo”, explica Claudia Fronjosa, psicóloga del Centro Integral de Atención a la Mujer (CIAM) con sede en Cancún, Quintana Roo.
Abusos en silencio
Los niños y niñas pasan gran parte de su tiempo en su casa o en la escuela y en ese sentido la especialista señala que la institución escolar se vuelve parte fundamental en la detección y prevención del abuso sexual. “Si suponemos que hay una familia disfuncional donde no se tiene la capacidad para detectar algún problema con el niño, la figura del maestro es fundamental para detectar lo que está pasando”.
Para ello, dice, el magisterio debe ser sensible al problema pero además, debe tener conocimiento para hablar seriamente sobre educación sexual.
Es en Quintana Roo donde se cuenta con el índice más alto en cuanto a prostitución y explotación sexual infantil. Muestra de ello, son las varias denuncias que se han realizado primero, contra el empresario de origen libanés Jean Succar Kuri, acusado de pederastia y que desde hace dos años está detenido en Arizona en espera de ser extraditado a México.
Recientemente en otro caso, autoridades del estado detuvieron al estadounidense Keneth Lee Dyer, de 65 años, luego de que el DIF municipal lo denunciara por supuestos actos de pederastia y pornografía infantil.
Al momento de ser aprehendido en un lujoso condominio de la zona hotelera de este destino turístico, Lee Dyer se encontraba con tres niñas, a quienes solía filmar cuando cambiaban su ropa interior.
El delito de abuso sexual es mucho más frecuente de lo que se cree, “de lo que sabemos y por su puesto de lo que quisiéramos”, afirma Fronjosa, quien señala que este fenómeno permanece escondido porque, aunque hay agresores ajenos al núcleo de la familia, normalmente las personas que abusan son cercanas a los niños y niñas.
A propósito del 30 de abril, día del niño y en donde no hay mucho que celebrar, la consejera de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), doctora Elena Azaola, advirtió que este es un ilícito que hemos preferido no mirar, “como una manera de rehuir la parte de responsabilidad que a todos nos cabe por nuestro silencio”.
Este es uno de los testimonios que retrató la periodista Lydia Cacho en su libro “Los Demonios del Edén”:
“Gabriela, ahora de 29 años de edad, casada y con dos niños, asegura que fue víctima de Succar hace 14 años. Que la llevó una amiguita de la escuela, junto con otras ocho niñas. De esas ocho algunas se quedaron y fueron forzadas por Succar a llevar a otras niñas y niños. Ante la pregunta expresa de cuántos menores creen que Jean Succar y Gloria Pita llegaron a fotografiar, y a forzar a tener sexo para grabar videos en esos tiempos, Gabriela, con los ojos arrasados de lágrimas, calcula que quizá se trate de cientos de criaturas”
Desde marzo de 2005, Cacho denunció una red de pederastas en Quintana Roo, donde se vincula a Kamel Nacif con Jean Succar Kuri, empresario de origen libanés, acusado de pederastia.
Por tal motivo, Nacif presentó en Puebla una demanda contra la periodista por los delitos de difamación y calumnia.
Mercaderes o profesores
Después, en octubre de 2005, salieron a la luz pública una serie de grabaciones telefónicas presuntamente sostenidas entre el empresario poblano Kamel Nacif con el gobernador de Puebla, Mario Marín, en las que se escuchan una serie de intrigas para detener y encarcelar a la periodista Lydia Cacho.
En la conversación con el gober, Nacif le agradece por su intervención en la detención y encarcelamiento de Cacho.
A partir de ahí las muestras de enojo y supuesta solidaridad con Marín ocuparon las calles y planas de periódicos en todo el país. Pero fue una la que desatacó: un desplegado con firmas de maestros poblanos otorgando su apoyo al gobernador. Esto, vino a contradecir la ética magisterial que habla del maestro como protector de la niñez y su integridad.
El abuso sexual “es un problema muy complejo al cual no se le puede dar la batalla desde un sólo frente, enfatiza la psicóloga del CIAM-Cancún, necesitamos del trabajo de varios actores y acciones para detenerlo”.
Por eso, señala que los maestros deben estar capacitados para el tratamiento de este tema de la manera más clara, sin tabúes, con seriedad. “Para darle herramientas a los niños para poner límites y frenar a quien escudándose en su autoridad de adulto, viole su intimidad”.
En ese contexto Claudia Fronjosa habla sobre el apoyo de los maestros poblanos al gobernador Marín: “Debemos observar qué tipo de demandas e intereses políticos están detrás de este desplegado y movimiento de apoyo al gobernador. Habría que ver si realmente esa es la convicción y confianza que tienen los profesores, o lo hacen porque les va el puesto de por medio”.
La también académica de la Universidad del Caribe lamenta que desgraciadamente muchas cosas en el país se manejen así, por intereses. “Es por eso que vemos actitudes como las de los maestros que no son reflejo de una postura personal y ética, sino producto de una serie de necesidades o presiones políticas, intereses económicos que están de por medio y que el poder utiliza a su favor”.
Confía, en que no todos los maestros apoyen de verdad al gobernador. “Aunque en el hecho de firmar lleva una implicación ética, no creo que la firma corresponda a una postura personal o de gremio”.
Educación sin tabúes
En nombre de los niños y sus derechos, se han firmado cientos de acuerdos internacionales, además que la mayor parte de las legislaciones consideran que el tráfico y la explotación de mujeres y niños con fines sexuales constituyen prácticas violatorias de sus derechos por lo que deben ser combatidas y eliminadas. Sin embargo, esto no ha sido suficiente, pues los resultados son poco alentadores y el número de niños explotados no ha disminuido ni se muestra una mejora en su calidad de vida, señaló la doctora en Antropología Social, Elena Azaola.
Un documento presentado por la organización de Defensa de los Niños Internacional (DNI), en Ginebra, Suiza, señaló a la Delegación Cuauhtémoc, del Distrito Federal como la zona que concentra al mayor número de personas dedicadas al comercio sexual en todo el país.
Tan sólo en esta demarcación “trabajan” más de 2 mil mujeres en dicha actividad, de las que por lo menos 10 por ciento son menores de 18 años.
Elena Azaola señala que el incremento de la explotación sexual parece estar impulsado por el empeoramiento de las condiciones de vida al interior de las familias pobres. Además de la promoción de la prostitución infantil al interior de su familia; niños que huyen de sus casas y para sobrevivir se integran a las actividades sexuales y el reclutamiento de niños por parte de redes del crimen organizado. Estos niños son trasladados de manera ilegal de países subdesarrollados a naciones ricas.
Al analizar la situación de algunos menores que se prostituyen en Ciudad Juárez y Tijuana, Azaola concluye que la vulnerabilidad y exclusión que viven estos niños iniciaron antes de ser explotados sexualmente.
Desde muy pequeños sufrieron graves carencias que los colocaron en situación de ser reclutados para el comercio sexual, de manera que sus desventajas se sumaron hasta dejarlos sin elementos ni puntos de apoyo, tanto en sí mismos como en sus entornos más próximos y en su comunidad, para enfrentar la situación.
Por lo anterior, el papel de los maestros para detectar y prevenir el abuso sexual es crucial, dice contundente la psicóloga Claudia Fronjosa, y esto tiene relación con el debate sobre si se debe dar o no educación sexual a los niños en la escuela.
Al respecto la académica señala que los adultos entienden la sexualidad como el acto sexual pero esto no necesariamente es así. “La sexualidad es mucho más amplia y una parte tiene que ver con el autorreconocimiento. Los niños deben conocerse como seres sexuados, donde su cuerpo cumple diferentes funciones y hay partes que son privadas, partes de su cuerpo donde sólo él puede tener acceso; esto es lo que implica la educación de la sexualidad, por eso creemos que es fundamental esta educación porque le permite a los niños detener los abusos”.
Lo importante es denunciar, pues sólo así “tenemos la oportunidad de atender a los educandos. “Aunque sabemos que es una herida muy profunda no quiere decir que no sea curable, hay posibilidad de que esto afecte lo menos posible a su vida”.
“Nada se soluciona con ignorar y fingir, a la larga las emociones, sensaciones que derivan de un abuso sexual, buscarán una salida, un escape y esto puede traer consecuencias más graves, es mejor atender a tiempo”.
Desgraciadamente, las especialistas coinciden en que la ley de nuestro país tiene lagunas, pues aunque sí hay leyes sobre abuso sexual infantil, faltan sanciones más específicas.
Así lo afirma Elena Azaola, quien señala que al ubicar la explotación sexual dentro del terreno laboral (Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo, que lo considera una de las peores formas del trabajo infantil) se corre el riesgo de que se crea que con mejorar las condiciones en las que los niños prestan sus servicios, aminore el problema, cuando la discusión real es que la prestación de estos servicios sexuales debe mantenerse dentro de las conductas tipificadas como abuso, debido a las profundas desigualdades de poder, género y edad entre menor/explotador/sexoempleador.
En su libro, Lydia Cacho señala que la PGR investiga a Succar Kuri por ofrecer a sus niñas por vía cibernética para tender una red de turismo sexual infantil. “A pesar de todo, las autoridades, muchos medios, e incluso especialistas de la sociedad civil organizada, llaman aún a este fenómeno ´prostitución infantil`, lo que implica, de manera falsa pero inconsciente, que hay un intercambio de dinero y de voluntades entre un adulto que paga por tener sexo con una niña o niño de 13, 14 o 15 años, que a la fuerza acepta para que su explotador cobre”.
Aunque en el caso de las presuntas violaciones a los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidió atraer la cuestión en contra del gobernador de Puebla, Mario Marín, para investigarlo, quienes aún siguen indefensos son los niños y niñas que diariamente son víctimas no sólo del abuso sexual, sino, también, de una sociedad mal informada.
Año 4 Num. 47 Fecha de publicación: Abril de 2006 |