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Número:46 | Fecha: Marzo 2006
 




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La ENED se ha utilizado como estacionamiento público y sede religiosa

Se renta escuela para los Legionarios de Cristo

 

 

Claudia Adita Ruiz

Mientras el titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, Nelson Vargas Basáñez, presentaba en Brasil “con bombo y platillo” la creación del Instituto de Desarrollo Deportivo para Entrenadores de Alta Competencia, cientos de alumnos de la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos (ENED) marchaban hacia la residencia oficial de Los Pinos en defensa de su patrimonio académico y para exigir respeto hacia su escuela y profesión.

Alumnos y profesores de la ENED señalan que su institución está siendo despojada poco a poco de sus terrenos originales. Ahí, se están levantado instalaciones ajenas a la escuela, pero además, los campos deportivos han sido rentados para todo tipo de actividades, incluso para que la organización católica, Legionarios de Cristo, realicen eventos en días laborales y en aulas de la institución, dejando de lado la laicidad del Estado.

Durante la Cumbre del Consejo Iberoamericano del Deporte, que se celebra en Brasil, Vargas Basáñez explicó que el nuevo instituto estará vinculado con el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos y Alto Rendimiento (CNAR), y con la propia ENED. Sin embargo, la comunidad de ésta última desmiente al funcionario.

Gabriel López Herrera, alumno de la Escuela Nacional de Entrenadores, dice que se teme que las federaciones deportivas tengan proyectos políticos más que académicos para estas nuevas instalaciones. “Por eso hacemos peticiones sobre la inclusión de nuestra institución en los proyectos deportivos del gobierno, queremos hacer prácticas pedagógicas en el CNAR porque tenemos la preparación para ello”.

Iván Ibáñez, también alumno de la escuela, utiliza el altavoz durante la protesta para reunir a sus compañeros y después nos platica. “Pedimos el respeto de nuestro patrimonio, que se respeten las instalaciones de nuestra escuela, porque desde el 21 de febrero autoridades de la Conade comenzaron a bardear y separar un área de nuestras instalaciones para construir la sede del equipo de futbol americano Los Tigrillos”.

Este hecho fue la gota que derramó el vaso después de tolerar por varios años la invasión de sus instalaciones por grupos privados y ajenos al deporte. Gabriel López relató que fue ahí cuando comenzó el descontento de los estudiantes.

Primero fueron con el director de la escuela, Francisco Bermejo Mondragón, pero no les hizo caso; después acudieron a la Subdirección del Deporte que está a cargo de Carlos Hermosillo, “tampoco obtuvimos respuesta”, y por último, entregaron una carta al titular de Conade, Nelson Vargas, “pero seguimos sin solución”.

“No vemos resultados —comenta Iván— es una contradicción que en tan poco tiempo se esté construyendo un Centro de Alto Rendimiento, mientras que nosotros que somos la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos, no tenemos un espacio suficiente para poder realizar nuestras prácticas, eso es lo único que pedimos”.

Los entrevistados nos relataron que, según un proyecto de 1996, la escuela contaría con una pista de atletismo y un laboratorio de desempeño físico; esto sigue pendiente, pues el espacio que estaba considerado para ello, la Conade se lo dio al equipo de Los Tigrillos.

El colmo fue cuando el 21 de febrero de este año, los alumnos descubrieron maquinaria de construcción en sus campos deportivos y una malla ciclónica que rodeaba el terreno del tamaño de una cancha de futbol soccer.

Terreno fraccionado

 

La molestia es clara entre la comunidad estudiantil y docente. Desde hace veinte años las autoridades deportivas han ido restando metro tras metro a sus campos deportivos. Primero, para la creación del Centro Paralímpico Mexicano, después, con el gobierno del presidente Fox, se tuvo que ceder espacio para el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos y Alto Rendimiento.

Gabriel López, representante del comité estudiantil dice que el problema no es sólo el terreno, sino toda la institución. “El hecho de poner una malla ciclónica delimitando nuestro patrimonio, aislando los terrenos que nosotros ocupamos para entrenar, denota que no hay atención ni respeto para la escuela”.

Ha sido largo el peregrinar de la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos desde 1988, año del decreto oficial de su creación. Comenzó a trabajar en el deportivo Plan Sexenal, después se fue a la Escuela Superior de Educación Física, a la Casa Tlalpan y de ahí a su sede actual, en avenida Añil, delegación Iztacalco.

El profesor Felipe Andraca relata: “Nos entregaron el deportivo “Díaz Ordaz” en 1994, cuando Raúl González era titular de la Conade. Pero Ivar Sisniega lo transformó en el Centro Paralímpico, y en 1996 terminaron por quitarnos ese espacio”.

En aquel tiempo hubo un movimiento para la defensa del patrimonio y las autoridades firmaron un documento “donde se establecía que el Centro Paralímpico debería estar estrechamente vinculado con nosotros, lo cual no se cumple. Actualmente hay una barda de alambre que nos impide el acceso directo”, refiere Andraca.

Años después, en 2005, se comenzó la construcción del Centro de Alto Rendimiento. “Según el documento, esa zona también es nuestra, pero tampoco se respetó el acuerdo. Nos han comenzado a recortar. Ahora se construye un velódromo en un estadio de fútbol nuestro”.

Así, del terreno que aparecía en el proyecto original sólo queda alrededor del 35 por ciento.

El profesor Andraca señala que sus espacios deben ser respetados como los de cualquier escuela superior. “Por eso pedimos el apoyo de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que nos respeten el nivel de institución superior, que nos apoye con la sede, con la independencia de gestión, la autonomía; sabemos que esto requiere de una ley orgánica y que debe pasar por los diputados, pero en eso ellos pueden ayudar”.

En la actualidad, la ENED depende de la división de Educación Normal y Actualización del Magisterio en el DF, aunque los afectados señalan que esto en lugar de ayudar los limita, pues no pueden realizar posgrados o especialidades.

El especialista en medicina del deporte señala: “No podemos ampliar nuestra matrícula, que actualmente es de cien alumnos por generación, y esto nos impide también incorporarnos a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior”.

“El problema, dice Gabriel López, es que los funcionarios nos ven como una ‘escuelita’, pero no es así, somos profesionales, tenemos licenciatura, dependemos de la SEP y queremos que se nos reconozca como tal”.

En una carta que se entregó en las oficinas del profesor Nelson Vargas Basañez el 6 de marzo pasado, los alumnos y profesores de la ENED exponen seis puntos que resumen sus peticiones ante la autoridad. El segundo planteamiento, refiere que se busca garantizar jurídicamente la permanencia y continuidad del centro educativo con espacios e instalaciones administrativas, académicas y deportivas.

A simple vista parece fácil: Piden ser reconocidos como una escuela superior de entrenamiento deportivo, “con la posibilidad de estudiar la problemática del deporte y dar soluciones, que se hagan doctorados, maestrías y estar cercano a las ciencias del deporte, que esa sea su esencia”, así lo explicó el profesor Felipe Andraca.

Además, que la escuela sea un instituto que tenga la autonomía para desarrollar proyectos sin riesgo de que alguien interfiera. “No queremos que algún político la utilice para dar cursos o para realizar cualquier evento”.

El abuso de los legionarios

Hace dos años, en 2004, un grupo de Legionarios de Cristo —organización católica cuyo líder fundador, el padre Maciel, fue acusado en 1997 de abuso sexual contra varios seminaristas— solicitaron las instalaciones de la ENED para dar un curso sobre la asociación. Para ello, los alumnos tuvieron que abandonar una semana sus aulas y tomar clase en otros espacios.

No hubo denuncia, dicen los entrevistados, porque todo lo organizan desde la Conade, “y ellos nos dijeron que eso significaría más recursos a la institución; por eso queremos que sea la escuela quien administre los ingresos económicos. Las cuotas de inscripción, de exámenes, credenciales y hasta el cobro de esas renta por el espacio, todo se lo quedan en la Comisión”, añadió Iván.

Así, a pesar que los discursos políticos hablan de un respeto por el estado laico, herencia de Benito Juárez, desde la dependencia federal que atiende el deporte se prestan las instalaciones de una escuela pública para eventos de organizaciones religiosas.

Además, no sólo eran los Legionarios de Cristo, sino también la empresa OCESA que, acusan, utilizaba los campos deportivos como estacionamiento público durante las carreras de autos, “y la escuela todavía se renta para eventos privados los fines de semana”, dice Andraca.

Deporte de campaña

Tal como sucede cada cambio de sexenio, los candidatos llenan sus reuniones y mítines con promesas para los diversos sectores de la población.

El actual candidato panista, Felipe Calderón Hinojosa, se reunió con deportistas y ahí prometió: una beca mensual de 60 mil pesos a quienes obtengan un lugar entre los primeros ocho del mundo, duplicar el presupuesto para ese sector y organizar un “teletón deportivo” para financiar a los atletas.

También se comprometió a “democratizar y exigir la rendición de cuentas” de las federaciones e instituciones del deporte en México; además, planteó impartir tres horas semanales la materia de educación física en educación básica, y obligatoria en nivel superior.

El año pasado los diputados federales hicieron obligatoria la actividad física diaria en las escuelas; sin embargo, el profesor Felipe Andraca, observa difícil que estas obligaciones se cumplan si los propios entrenadores deportivos no cuentan con la formación adecuada.

“La ESEF cerró su currícula de actividades deportivas, es decir, su actividad física se restringe, se habla que aumenta la población infantil con obesidad entonces, ¿quién va a hacer trabajar a los niños?, si nosotros no tenemos acceso a esa población ni las instalaciones adecuadas para trabajar”.

El docente en especialidades biomédicas sabe que estas son políticas sexenales, “pero si Nelson Vargas o las autoridades apoyan a una escuela que tiene potencial, como la nuestra, abrimos el espacio para su atención y el siguiente gobierno nos verá y valorarán el trabajo que se viene realizando”.

También el presidente Vicente Fox prometió apoyos y mejora en las condiciones de los deportistas. Sin embargo, a ojos de los integrantes de la Escuela de Entrenadores parece que el profesor Nelson Vargas no ha cumplido cabalmente con su tarea al frente del deporte nacional.

“Hay un abuso”, sentencia Gabriel López, quien añade: “En México no se entiende que la ciencia se puede aplicar en el entrenamiento”.

En la residencia oficial de Los Pinos los estudiantes se entrevistaron con el jefe de Atención a la Ciudadanía, Luis Arturo Matus Espino, quien sólo les pidió que siguieran el procedimiento administrativo a través de la mesa de negociación con la Conade.

“Pero para nosotros eso no da solución, es dilatorio, no estamos pidiendo otra cosa sólo que respeten nuestros derechos. Nosotros no tenemos abogados, somos estudiantes y ellos tienen a todo un equipo para resolver el conflicto, pero sabemos que debe ser a nuestro favor”, comenta López Herrera.

Pionera en su tipo

Quienes egresan de la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos comienzan a trabajar en distintos clubes, como entrenadores nacionales de diversas disciplinas, funcionarios o dirigentes de deporte en universidades. Pero también tienen claro que no hay muchos egresados detrás de los campeones olímpicos mexicanos. “Aunque sí podríamos estar porque tenemos la calidad y podemos hacer más. Sabemos que el deporte tiene y deben tener un sustento científico”, señaló el profesor Andraca.

Quienes asisten a esta primera escuela nacional en su tipo —jóvenes de los estados del centro del país—, su tarea y objetivo lo tienen bien definido. “Lo más importante son las necesidades sociales, dice el docente, sin ello, ni los alumnos ni los profesores sirven, y en nuestro país la necesidad es clara: la salud y la excelencia deportiva”.

Por ello, decidieron regresar a las aulas después de dos semanas de paro, pero también decidieron no claudicar y unificar fuerzas como comunidad de la ENED en defensa de un proyecto.

“Es una torpeza de las autoridades que en lugar de defender su institución, su casa, su trabajo, sean serviles y dejan ir la oportunidad de que la comunidad sea parte del movimiento”, sentenció el Felipe Andraca.

Quieren muchas cosas, pero lo principal es que la SEP les garantice la titularidad de la sede, que ya no les recorten espacio. Por eso, ahora impiden que empresas particulares u organizaciones religiosas utilicen un espacio que por ley, debe ser laico y a favor de la ciencia, la cultura y el deporte.

Sin respuesta de la Conade

 

A casi un mes de que los estudiantes y profesores de la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos iniciaron su movimiento para demandar respeto a sus espacios y su inclusión en los planes deportivos gubernamentales, sólo han tenido avance en uno de los puntos de su pliego petitorio.

El 14 de marzo se acordó junto con la Conade , conformar una comisión mixta para buscar la solución a cada una de sus demandas. Pero este medio sólo ha obtenido información por parte de la comunidad estudiantil y docente.

Aunque se hizo una petición ante la Subdirección Nacional de Deporte de la Conade para tener su versión respecto a la resolución del conflicto, hasta el cierre de la edición no hubo una respuesta de parte de las autoridades deportivas.

 

Año 4 Num. 46 Fecha de publicación: Marzo de 2006

 


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