| La ENED, botín de políticos que rentan y se adueñan de las instalaciones    Claudia Adita Ruiz La Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos (ENED) ha sido utilizada como botín político desde su fundación, por ello, la renta de sus instalaciones para empresas privadas, ha derivado en problemas más graves como la falta de capacitación por parte de los alumnos y bajos índices de titulación.   Así lo confirma Juan Curiel uno de los organizadores de Los Juegos de la Amistad, un evento deportivo organizado por la asociación religiosa de Los Legionarios de Cristo y que fue realizado en 1994 en la Magdalena Mixhiuca y en campos de la ENED.   El profesor Curiel —entrenador de tiro con arco— habla sobre una denuncia publicada por este medio en marzo pasado (Magisterio No 46) y en la cual se presentan los testimonios de profesores y alumnos de la ENED, quienes demandan ser incluidos en los programas deportivos de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), y exigen detener el despojo de que es objeto la escuela desde hace varias décadas por parte de autoridades deportivas y empresas como OCESA.   Al especialista, quien fue alumno de la ENED en 1988, le “llama la atención” que los jóvenes denuncien que los Legionarios de Cristo hayan rentado las instalaciones de la escuela. Pero no lo desmiente, “rentamos la Magdalena Mixhiuca, la ENED y las zonas aledañas para realizar, durante una semana, un evento deportivo que, por la cantidad de atletas que participan se compara con los juegos Panamericanos”.   Son los Juegos de la Amistad, dice el entrevistado, y en ellos participaron más de 5 mil atletas de los colegios que están asesorados por los Legionarios. En cuanto al uso de los terrenos asegura que no hubo pago a la Conade, pero sí pago en especie a la escuela.   “Las instalaciones de la Magdalena las administra la delegación Iztacalco; fue esta dependencia, a través de la Dirección del Deporte a cargo de. Maximiliano Antonio León Corona (quien por cierto había sido director de la ENED), con quien se realizó la renta”.   El acuerdo, cuenta, fue el préstamo de las instalaciones a cambio de apoyos en la infraestructura de la escuela. Así, el grupo religioso arregló canchas, reparó la alberca, los sanitarios y otros apoyos. “No invadimos los espacios ni los horarios de clase nada más porque sí, fue un evento que promovía el deporte entre los jóvenes”.   Desconoce si hubo algún pago en efectivo, pero señala que “posiblemente sí hubo un contrato adicional a los servicios que se prestaron a la escuela”.   Según el entrenador, las autoridades federales sabían de este evento, pues se les pidió personal. “Mi especialidad fue avalada por la Federación Mexicana de Tiro con Arco, y le pedimos 15 personas (jueces y administradores). Me los vendió, es decir, el Comité Organizador del encuentro se encargó de hacer los pagos a este personal”, asegura.   Aunque se le recordó al profesor que la ENED es una escuela pública, a cargo de la Conade, y que su finalidad es brindar educación y no de renta para grupos, Juan Curiel sólo explicó que “el principal problema de la ENED no es la renta de los espacios sino las consecuencias de este hecho”.   “Sabemos que las instalaciones les pertenecen a los alumnos y profesores, pero antes, mucho antes que se rentara a los Legionarios, a alguien se le ocurrió que los terrenos se debían utilizar para construir, primero, el Centro Paralímpico Mexicano, y después, el Centro de Alto Rendimiento”. En la realidad, dice, los espacios nunca les han pertenecido.   Según su punto de vista, el problema de los espacios y la consecuente movilización política de los alumnos ha traído como consecuencia un bajo nivel de preparación, de titulación y empleo para los egresados.   “Desde que se fundó la ENED y hasta el 2001 sólo había 21 egresados titulados. Es decir, no hay una capacidad para formar profesionales de alto rendimiento. El gobierno de la República no está interesado en que haya una escuela de este tipo, quizá por eso vemos que están perdiendo espacios, pero eso no es nuevo”.   Señala que cuando la ENED se fundó, primero tuvieron que compartir espacios con la Escuela Superior de Educación Física (ESEF), pero los conflictos, sobre todo por las diferencias entre las estructuras internas de cada escuela, llevó a que se separaran.   Incluso —cuenta— se pretendió que la casa del ex jefe de la policía Arturo Durazo, El Partenón, se convirtiera en sede de la escuela.   Fue hasta 1994 cuando un decreto federal les otorga sus propios terrenos, pero también es a partir de entonces que se comienzan a utilizar los terrenos para proyectos distintos de la ENED.   Por todo ello lamenta que las políticas públicas en el tema del deporte “no cumplan con la realidad social, ni con la de los entrenadores deportivos”. “No basta con las instalaciones físicas sino tener un plan estratégico, de trabajo que en un futuro brinde frutos”, pero no lo hay, asegura.   Ejemplo de esto es la construcción del Centro de Alto Rendimiento que, según Nelson Vargas, será donde formen los grandes talentos y sus entrenadores, pero no hay cabida para la ENED, es decir, para los entrenadores mexicanos.   Año 4 Num. 49 Fecha de publicación: Junio de 2006 |